lunes, 18 de junio de 2012

Hombres de interés.


Le comentaba a una amiga el otro día que los hombres que me despiertan interés no se interesan por mí. Su respuesta fue rápida: "Pues empieza a interesarte por los que no te interesan". Me hizo sonreír. Por qué no, pensé.

Allá que me fui el sábado por la noche dispuesta a poner en práctica su consejo, aun sin saber muy bien cómo hacerlo. Mientras me dirigía al punto de encuentro con un hombre al que hace poco he conocido, pensaba que el asunto era contradictorio en sí mismo: si
me intereso por quien no me interesa, ya me estoy interesando. En fin, quise probar. 

La propuesta inicial era cine así que tendría la oscuridad como aliada si necesitaba cerrar los puños y los ojos, apretar la mandíbula y concentrarme en un gran esfuerzo por mantener el no interés.

Tras el cine, a tomar algo. Un encanto de hombre. Y mantenía a raya mi interés. Buen aspecto, guapo él, diría, de edad apropiada, con modales, colocadito. Bien. Pero oye…  que no callaba el tío. No-ca-lla-ba. Sin tregua. Verborrea, no. Diarrea verbal. 

Abría yo la boca intentando hacer un comentario y, por no quedarme con ella abierta, metía un calamar, Al final, con su tenedor, directamente. A dos carrillos. Y él, a dos, también. Yo de rabas, lo suyo palabras. Ni él dedicó un minuto al picoteo, ni tuve yo ocasión de utilizar mi boca para algo que no fuera engordar. Pero pensar, pensé. Ya lo creo que pensé. “Que somos dos, guapín. Que vivo sola. Que tú lo sabes. Que tengo el cupo lleno de monólogos con solo mirar al espejo.” 

Imaginad la escena. El hombre acompañando su discurso con gestos de pasión, firmemente convencido de lo que decía… ¿me decía?… se decía. A la verita yo, moviendo la cabeza al ritmo de mis muelas masticando, como esos perritos de la ventana de atrás del Simca del abuelo. 
A ratos, cada vez más largos, se producían desconexiones completas de mi cerebro. Se me iba el pensamiento hacia otros lugares. Pasé por la colada, volví a ver la película… Incluso, en un punto de interés por el no interés, lo imaginé en menores pero la inspiración no alcanzó más que a calcetines de ejecutivo y a esos calzoncillos de algodón blanco que parecen un slip de nadador dos tallas grandes. ¡Agg! Qué no interés tan fácil. Para evitar expresión extraña me obligué a pasear con otro hombre. Y al camarero, que no estaba mal, le lancé un SOS imaginario. Claro, en una situación así, mi respuesta no verbal podía estar siendo de lo menos apropiada. 

De repente, escuché: “Sí, ¿no?”
Y, como un resorte, contesté: “Sí, sí, claro.”
Me invadió el temor: “¿Qué habré dicho?” Suspense… El único momento de diálogo de toda su conversación, acabó con unas bravas en la mesa. Comida. ¡Había pedido comida! Yo no podía más pero, en lógica pura, él tenía hambre. 
Cuando, por fin, calló para meter una patata en su boca, aproveché: “Uy, qué tarde”.

Le expliqué a mi amiga que no invertiría en su consultorio sentimental. Su consejo no funciona. Si no pone, no pone. 
- ¿Cómo que no pone? 
- Pues que no pone, cariño. Que ni uno solo de todos los pelos, vellos o cabellos que me habitan quiso ponerse de punta. Ninguno. 
Desconozco cuál es el mecanismo que se activa. No voy por el mundo buscando un tipo interesante. Simplemente voy por el mundo y algo especial me llama la atención. Porque el interés empieza por algo.

Con interés o sin él, un inicio distinto para un mismo final. Ahora bien, estaréis conmigo en que lo que no interesa, resulta poco interesante. 




5 comentarios:

  1. Ay !, con esta historia no me he parado de reir.
    Es que me siento tan reflejada en ella... lo malo es que yo, o tengo mas paciencia, o simplemente soy mas tonta, porque yo repeti quizas un par de encuentros mas hasta caer redonda del aburrimento. Yo tampoco seguire el consultorio sentimental de tu amiga. Nada, que si no pone, no pone ! que razon tienes !!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. De verdad que me alegro que te hayas reído. ¿Aburrimiento antes de empezar? No, no, no. No hablar. Más risas para todo el día. Gracias por tu comentario.

      Eliminar
  2. Hoy me has hecho reír... Sin duda comparto contigo que, si no hay un algo especial, sea lo que sea: el aspecto, el discurso, el físico, lo que imaginamos sobre cómo es o lo que descubrimos que es en realidad, una atracción, ... Si no nos interesa nada de nada... no hay nada que hacer.
    Y en qué momento descubrimos eso? en el mismo instante de conocerl@. Supongo que por eso no nos interesa cualquiera, no? Algo conecta con nosotros que nos hace fijarnos en un tipo de personas y no en otras. Pero eso nos llevaría a otro tema...

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Me alegro de haber conseguido que pases un buen rato. Te aseguro que mis carcajadas al escribirlo se debían de oír en Chicago. El tema tiene miga. No creo que lo deje aquí. Interés y no interés. Atracción por ell@s. Una discrepancia: el algo interesante se puede descubrir una vez conocida la persona, estoy segura. Vamos, Tuidad, que doy fe. Gracias por estar venir.

      Eliminar
  3. Adelante... Encantada estaré de seguir leyéndote y sobre este tema especialmente.

    ResponderEliminar

Encantada de leer lo que opinas.