Agota los tiempos agosto con su último viernes. Septiembre asoma en su lugar. Suave y cariñoso, permite dos días para el jet lag. Se muestra tranquilo, seguro. Todo empieza y él lo sabe.
Sonrisa se va con el mes. El alma desbordada ocupa ya el espacio íntimo. De vuelta al hogar. Sentir es vivir. Fue necesario salir y gritar; es sabio recogerse y callar.
De vez en cuando, renacer.
Aquí estoy. Nueva. Preparada para el baile. Mirada completa en el espejo antes de salir. Vestido lila, sonriente y con miedo. ¿Acaso alguien pensaba que Sonrisa no era yo? Respiro hondo.
Que el mundo coloque su rostro para mi beso. Voy.